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lunes, 4 de julio de 2011

Pasos para migrar con éxito a la nube


El primer paso parece obvio, pero cuantas empresas conocemos que no mantienen actualizado su inventario de aplicaciones o simplemente carecen de él.


Aquí nuestro enemigo son las urgencias. Si bien la lógica dice que habría que empezar por los procesos críticos, la práctica nos dice todo lo contrario.

Saber o poder esperar nos ahorrará tiempo, dinero y dolores de cabeza. Es mejor escoger servicios ready to run que ya lleven un tiempo en marcha que lanzarse a desarrollar los nuestros.


Lo ideal es empezar por algún proceso o aplicación secundaria a la que hayamos encontrado un proveedor de confianza que ofrezca un servicio similar listo para usar y en base a la experiencia, ir migrando otros servicios por orden inverso de relevancia.

¿Por qué hacerlo así? pues porque la nube es un sector reciente, con poca madurez y consolidación de proveedores. La emergencia e innovación del sector, es lo que lo hace atractivo como oportunidad de negocio, pero es también su mayor fuente de amenazas.


Ni el más fiable de los proveedores es 100% seguro y menos en la era del denominado enemigo invisble donde los ataques hactivistas están a la orden del día.

Pero además no podemos olvidarnos que quien están ofreciendo servicios en la nube, aunque muchas veces vinculadas a los gigantes de mundo de las TIC, no dejan de ser startups o spinoffs cuya continuidad depende de que lleguen a unos objetivos de volumen de usuarios.

Los business angels se convierten en demonios cuando agotan su paciencia. Los cierres de servicios y las compras, ventas y fusiones están a la orden del día en lo que muchos intuyen como una burbuja que puede explotar en cualquier momento.

Por ello tener backups actualizados de todos los datos y aplicaciones migradas a la nube es vital, por si hay que restaurarlo todo ante un fallo del proveedor, cambiar y subirlo todo a uno nuevo, o se tiene que bajar de la nube y reimplantarlo en servidores físicos de la empresa.

Nuestro plan de emergencia debe tener controlados donde se guardan estos backups y describir los pasos a realizar en caso de ser necesario un recovery. Además conviene conservar la documentación, las bases de datos, las aplicaciones y demás desarrollos y una maqueta virtualizada de los servidores físicos actuales por si hubiera que dar marcha atrás.


Pero no seamos pesimistas. Pensemos en que nuestra experiencia en la nube va a ser placentera y que en general obtendremos beneficios del cambio.

Así que sólo nos queda repetir el proceso migrando eligiendo una nueva aplicación a migrar. Además ahora ya tenemos experiencia migrando aplicaciones en la nube y seguro que ya no vamos a cometer los mismos errores de novato de la primera vez.

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